martes, 28 de agosto de 2007

Rosa Regàs deja la Biblioteca Nacional una semana después del robo de dos valiosos mapas

SEMPRE VALENCIANS MAI CATALANS


La escritora dimite de su cargo una semana después del robo de dos valiosos mapas de Ptolomeo
El PP califica de "nefasta" su gestión (Reacciones)
Con un portazo. Así termina la controvertida gestión de Rosa Regàs (Barcelona, 1933) al frente de la Biblioteca Nacional. La escritora presentó este lunes su dimisión por carta y “con carácter irrevocable”, sólo dos días después su primer encuentro con el ministro de Cultura, César Antonio Molina. Fue una dura entrevista en la que el ministro constató “la total falta de confianza en mi labor” según admitió Regàs, lo que ha precipitado la dimisión de la escritora, al frente de la biblioteca desde mayo de 2004.

El robo de dos valiosos mapamundis de la Cosmografía de Ptolomeo, perpetrado en la sala de investigadores de la institución y comunicado el pasado viernes, habría sido el detonante de la marcha de Regàs, aunque ella niega cualquier relación entre ambos hechos.

La dimisión de Regàs será efectiva cuando el próximo viernes 31 César Antonio Molina la traslade al Consejo de Ministros, según se pre desde del Ministerio de Cultura. Para más adelante queda la designación del sucesor de Regàs al frente de la institución.

Regàs comunicó al ministro su decisión por carta en la misma mañana del lunes y aseguró luego que su dimisión no tenía “nada que ver” con el robo de los valiosos incunables. El pasado viernes Regàs había tenido su primer encuentro con el titular de Cultura para, entre otros asuntos, transmitirle información detallada de lo ocurrido con los mapamundis de Ptolomeo.

Este lunes, y con la carta de dimisión ya en su despacho, Molina visitó las dependencias de la Biblioteca. El ministro recabó información de primera mano sobre el robo y el funcionamiento de la sala Cervantes que utilizan los investigadores, y reclamó un refuerzo en las medida de seguridad de la institución.

A pesar de lo desabrido de su salida de la casa, la marcha de Regàs no ha causado excesiva sorpresa. La escritora había expresado ya su intención de dejar el cargo al término de la legislatura. “Me comprometí con Zapatero para un único mandato” había dicho a Colpisa en una de sus últimas entrevistas, días después de provocar una intensa polvareda mediática al declarar que había “dejado de leer diarios de extrema derecha” y que se la alegraba “de que cada vez se vendieran menos”.

Continuidad absurda
Al presentar su dimisión “irrevocable” Regàs alega la “total falta de confianza” en ella del ministro César Antonio Molina, por lo que estima que resulta “absurdo” continuar en el puesto”. “Tuve una reunión el viernes con el ministro, dos meses después de que él hubiera tomado posesión de su cargo, y por sus palabras pude comprender que no gozaba de su confianza”, explicaba Regàs en la tarde del lunes. “César Antonio Molina cree que no he hecho nada durante más de tres años de gestión, de modo que me pareció absurdo continuar trabajando con un ministro que no cree en el trabajo que he hecho”, explicó la escritora.

“A la vista de esa afirmación, he tomado la decisión de presentar mi dimisión con carácter irrevocable”, precisó la ganadora de premios literarios como el Nadal (1994) y el Planeta (2001).

“Nos conocemos de toda la vida y tenemos una muy buena relación. No nos habíamos visto desde su toma de posesión, pero no sabía que tuviera tan mal concepto de mí”, explicó Regàs sobre la entrevista con Molina. Era la primera vez que tenían un encuentro cara a cara desde la llegada del ministro a su despacho en la ‘‘Casa de las Siete Chimeneas’’ el pasado mes de julio.

Por activa y pasiva negó Rosa Regàs que su dimisión tuviera que ver con el robo de los mapamundis de 1482. “El robo es uno más de los 300 que se han producido en toda la historia de la Biblioteca Nacional, y no el más grave”, destacó. “Los robos se dan en toda las bibliotecas del mundo, de Londres a Washington”, se justificó. “En nuestro encuentro, el ministro no se refirió a ello, de modo que no creo que tenga que ver con la falta de confianza en mí que sí evidenció”, insistió.

Polémica lingüística
Rosa Regàs desató una gran polémica en la Comunitat cuando desde el Consell se le solicitó que distinguiera en la catalogación de la Biblioteca Nacional los libros valencianos de los catalanes. La escritora barcelonesa no dudó en responder que las publicaciones valencianas eran catalanas

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